A comienzos de esta semana Instagram modificaba sus términos y condiciones e incluía la cláusula de que podría llegar a vender las fotografías que sus usuarios suben al servicio, luego de unos días y algunas que otras muchas quejas de sus usuarios han decidido retractarse y revisar nuevamente los términos y condiciones para utilizar un lenguaje legal “menos confuso” para sus usuarios.
Entonces, por ahora pueden estar tranquilos que Instagram y su nuevo dueño don Facebook no van a vender nuestras fotos de comidas y paisajes con filtros de cámaras viejas o mejor dicho, no van a utilizar nuestras fotografías con fines comerciales.