El inventor inglés Richard Browning necesitaba convertirse en Iron Man y casi lo logra o al menos logró una parte que es la mejor, volar a baja distancia pero volar al fin, este ató a sus brazos unos seis micro propulsores que utilizan kerosene como combustible y logró elevarse un poco. Cada motor de los seis que tiene, produce unos 22kg de fuerza, por lo que la cantidad que utilizó fue bastante como para elevarlo. El aparato le costó unos 50.000 dólares en materiales y mano de obra, aunque la mayor parte fue aportada por inversores y sponsors como Red Bull.
En el video que acompaña a esta entrada, podemos ver un resumen sobre como fue que creó el traje, probó los propulsores hasta llegar al resultado final.